Luca Guadagnino es un realizador de cine italiano, cuya película Llámame por mi nombre, relata una historia de amor protagonizada por un joven estudiante, atlético y viril, que pasa un verano con unos amigos italianos y el hijo de esta familia, con una trama que se pretende sensual y emotiva, describiendo conexiones emocionales y químicas, en la apasionada relación que surge entre ambos.
Y se trata de un filme que viene avalado por numerosos reconocimientos, como son sus nominaciones a los Oscars, a los Globos de Oro y a los premios BAFTA, pero que me resulta largo y tedioso, no captando mi atención y estima, salvo en momentos puntuales como la escena de la conversación entre padre e hijo, plena de cariño y respeto, sensibilidad y afecto, o el largo primer plano del protagonista en los títulos de crédito.