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Ojalá que llueva café

“Un deseo de que nuestros anhelos y esperanzas puedan cumplirse parece formar parte de la actitud mental que debe inspirar nuestra rutina diaria”

Siempre que oigo Ojalá que llueva café en el campo del admirado cantante y compositor dominicano Juan Luis Guerra se dibuja en mí una sonrisa y el recuerdo de sus temas que combinan merengue, bachata y melodías suaves y otras más alegres que invitan ya a bailar siguiendo el atractivo ritmo. Pero esta vez presto más atención a la letra de la canción y veo esa deseada  lluvia de café como una sensible metáfora de ansiada prosperidad y de abundantes cosechas para el campesino del país caribeño, y por extensión como una esperanza de pretensiones queridas.

Y es que un ilusionado deseo de que nuestros anhelos y esperanzas puedan cumplirse parece formar parte de la actitud mental positiva que debe inspirar nuestra rutina diaria. De modo que paseo con una amiga por el centro de Alicante y le pregunto por sus soñados deseos y con convicción y encanto me responde que mira, como en la canción, ya sabes, salud, dinero para no pasar necesidades y amor. Y yo sonrío, y le digo que ni el amor ni el dinero ni la salud dependen enteramente de nosotros, y que me parece encomiable luchar por tener esos deseos y privilegiado lograrlos, pero que quizá es más importante aprender y saber que aunque no los tengamos, con nuestra actitud interior también podemos ser felices. Y es que se suele estar insatisfecho con la vida cuando se viven adversas situaciones, pero incluso en ellas nuestra actitud juega un papel fundamental, y así las personas asertivas, con empatía y extrovertidas, sociables, curiosas, y abiertas a nuevas experiencias, suelen tener un mayor grado de satisfacción y superar antes situaciones vitales difíciles. Y se puede tener la suerte de haber sido educado para ser una persona satisfecha y esperanzada, pero si no ha sido así, aunque tengamos un largo camino por delante, siempre podemos aprender a serlo, pues dentro de nosotros están todas las posibilidades.

Y es entonces cuando mi amiga sonríe. Y seguimos paseando y hablando. Y ahora se para, me mira y me dice: ¿Sabes?, cambiando de tema, cada vez me gusta más Juan Luis Guerra. ¿Recuerdas su canción Ojalá que llueva café en el campo?

 

Marisa Navarro

    

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