Tenemos que poner mucha atención en como nos hablamos. En muchas ocasiones nos decimos cosas que no nos atreveríamos ni a reconocerlas. Nos avergonzaríamos si alguien las escuchara. Pensemos lo que nos decimos. Y lo peor es la ligereza con que nos agredimos verbalmente. Como si esas palabras no tuvieran repercusión alguna. La tienen y