Si tenemos que alejarnos del perfeccionismo en nuestras vidas, del mismo modo lo tenemos que hacer en nuestras relaciones. La aceptación de las imperfecciones humanas, las del otro y las nuestras, nos permite crear ese espacio donde es posible una relación sana. Si no aceptamos esas imperfecciones, nos encontraremos instalados en la continua decepción. Y