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¡A la cama sin cenar! Seguro que te suena esta frase, porque este era un castigo para los niños por mal comportamiento en otras épocas, por suerte ya no lo es. Cuando nos portábamos mal de pequeños podían mandarnos a la cama sin cenar. Y la verdad es que fastidiaba bastante.
Sin embargo ahora es la nueva moda, saltarse comidas, el ayuno intermitente es la nueva religión. Y cada uno que lo adopta lo hace como le parece. Las redes sociales están llenas de gurús del ayuno que nos aconsejan como tenemos que hacerlo, así que se puede elegir, hay para todos los gustos. Estar doce, catorce, dieciséis horas sin comer, y concentrar la alimentación en el resto del día. Otros hacen ayunos de veinticuatro horas o en determinados días de la semana, y otras modalidades.
Parece ser que la práctica del ayuno intermitente beneficia en la pérdida de peso, esto es lógico, pues si reduces la ingesta de alimentos es normal que se pierda peso. También se relaciona con una disminución de las enfermedades cardiovasculares, potenciación del sistema inmune o de la buena flora intestinal, antioxidante, anti envejecimiento y muchos otros beneficios. Aunque la realidad es que estos estudios sobre los beneficios del ayuno intermitente son muy recientes y lo cierto es que aún no tenemos datos de resultados y beneficios de su práctica continuada a largo plazo. Por otro lado la mayor parte de las personas que lo adoptan lo suelen abandonar en poco tiempo porque es difícil de llevar con nuestro ritmo de vida y costumbres.
La mayor parte de las personas que lo practican sin haber consultado antes si pueden o no hacerlo se dedican a saltarse comidas, y así unos se saltan la cena y otros se saltan la cena y el desayuno, realizando solo una comida al día, la del mediodía, y no comen nada más el resto del tiempo. Y esto para la mayor parte de los que llevan una vida activa de trabajo no es saludable.
De siempre se ha relacionado el hacer ayuno con periodos de la vida de tranquilidad, y así cuando nos hablaban de ayuno nos imaginábamos a un grupo de monjes haciendo meditación y ayunando.
Hoy en día, vemos a una madre con tres niños, que ha pasado mala noche porque el pequeño se ha despertado varías veces ya que está acatarrado, que se levanta por la mañana y se va a trabajar sin desayunar, que no toma nada en toda la mañana, que va a casa a mediodía desfallecida, que come con ansiedad ya que está bajo mínimos y regresa de nuevo al trabajo, que no toma nada en toda la tarde y vuelve a casa para después encargarse de la cena de la familia, que ella no comparte, porque no cena, y es que está haciendo ayuno intermitente. ¡Esto no tienen sentido!
Esa madre puede caer enferma, va a estar con seguridad irritable, agotada, incluso posiblemente desnutrida y puede tener un colapso en cualquier momento. Aunque los líderes del ayuno le prometieran que si lo hacía tendría mucha más energía, la verdad es que ella no puede con su alma, y además se encuentra bastante triste, de mal humor y con dolores de cabeza muy frecuentes.
Por supuesto que para esta madre no está indicado el ayuno intermitente, ni para la mayor parte de las personas con una vida muy activa y que hoy en día somos la mayoría.
Así que si te adhieres al ayuno intermitente una de las cosas que tienes que tener en cuenta es que mientras lo haces puedas llevar una vida tranquila.
Ocurre además que al estar saltándose comidas, la mayor parte de las personas que lo practican no llegan a cubrir todas sus necesidades nutricionales, porque realmente es complicado hacerlo realizando por ejemplo una sola comida al día. Habría que planificarla muy minuciosamente, y si bien algunos practicantes pueden ser muy concienzudos en ello, no ocurre con la mayoría, que no digo que en esa única comida que realizan al día no coman correctamente, pero casi seguro que no llegan a completar todos sus requerimientos nutricionales, y es que a veces es difícil hacerlo incluso realizando varias comidas al día.
El ayuno intermitente puede tener muchos posibles beneficios para el organismo, pero la realidad es que la mayor parte de las personas que lo adoptan sin orden ni concierto, lo hacen porque quieren perder peso o mantenerse muy delgadas. Otras me comentan que además les simplifica la vida saltarse comidas. Lo cierto y demostrado es que no hay diferencia en la pérdida de peso entre una persona que realiza ayuno intermitente y otra que realiza una alimentación saludable con una disminución de calorías para perder peso.
La alimentación no solo es nutrirse, sino que tiene otras facetas muy importantes como son la de la satisfacción y el placer y por supuesto la de las relaciones humanas con los que nos rodean. Y estás no se pueden dejar de lado, porque son fundamentales para el bienestar del individuo.
Esa madre que comentábamos antes no cena por la noche con su familia, perdiéndose quizá uno de los únicos momentos del día en que todos coinciden alrededor de una mesa, y por la mañana todos van corriendo y a mediodía todos menos ella comen fuera. ¿Creéis que está perdiendo algo más además de peso?, desde luego que sí.
Los ayunos intermitentes no están hechos para todo el mundo, y lo primero que notas cuando lo practicas es que afecta a tu estado de ánimo, aunque nuestro estado de ánimo es nuestro, como ya sabemos, nuestra alimentación lo mejora o empeora, y si bien comer aquello que nos gusta y nos sienta bien nos levanta el ánimo, no comer nos puede poner de mal humor, muy irritables, tristes y decaídos. Según un estudio las sentencias de los jueces después de comer son más benevolentes que antes de comer. “Es lo de barriguita llena , corazón contento”.
Nuestros estados de ánimo no solo nos afectan a nosotros sino a todos los que nos rodean, por lo que o se está muy concienciada con esta nueva forma de alimentarse o puede acarrearnos, casi sin que seamos conscientes de ello, problemas en otras importantes parcelas de nuestra vida.
La irritabilidad, el mal humor y la ansiedad son síntomas de tener los niveles de glucosa bajos en sangre, por ejemplo yo me pongo muy irascible cuando tengo hambre.
El ayuno intermitente además puede llegar a ser muy peligroso si no se supervisa por un especialista. Y esto se refiere principalmente a los déficits nutricionales de los que hablábamos antes. O se es muy disciplinado y organizado, o después de tantas horas sin comer uno puede tirarse a engullir cualquier alimento con ansiedad, pudiendo inclinarse por alimentos ricos en calorías pero pobres en nutrientes.
Por lo que se pueden producir todo tipo de déficits nutricionales. Recuerdo a una paciente que llegó a padecer una grave anemia por practicarlo, además que vino a consulta por una distimia y melancolía severas, estaba siempre muy triste y con muchas ganas de llorar, necesitó tratamiento antidepresivo.
Porque el ayuno intermitente no te habla de que hagas una alimentación saludable, sino que solo te dice cuando comer y cuando no comer, por lo que aquí no estamos en un cambio de alimentación hacia una alimentación sana, que sería lo adecuado y lo que tiene que instaurarse en tu vida. Aquí lo único que se practica es el dejar de comer en determinados momentos.
Por otro lado me entristece y preocupa ver a jóvenes en pleno desarrollo físico y mental que han comenzado a practicarlo porque se lo ha aconsejado la influencer de turno, así como personas mayores que necesitan unos requerimientos nutricionales muy concretos, y por supuesto está absolutamente contraindicado en diabéticos, personas con insuficiencia renal, aquellas con tensión arterial baja, las embarazadas, las madres lactantes y yo incluiría a todas las personas que padezcan cualquier tipo de enfermedad y se estén medicando para ella.
Las personas cuyo trabajo necesite altos niveles de concentración también notarán una falta de ésta al practicar el ayuno intermitente, así como un aumento de los síntomas en aquellas que padecen de migrañas.
Otro peligro de la práctica del ayuno intermitente son los trastornos alimentarios, y es que todas aquellas personas que los sufran o hayan sufrido, con esta forma de alimentarse pueden desencadenarlos de nuevo o potenciarlos, después de tantas horas sin comer hay una mayor tendencia a los atracones, con el consecuente sentimiento de culpabilidad, y restricción de la ingesta posterior para compensar el haber comido sin límites, y así se puede entrar en una dinámica terrible y muy peligrosa para la salud, de atracones y ayuno, más atracones y más ayuno.
También hay que tener en cuenta el estado emocional de la persona que decide hacer ayuno intermitente, y es que no solo los trastornos alimentarios serían una contraindicación para practicarlo, sino cualquier enfermedad mental o trastorno psicológico, o historia de haberlos padecido, como trastorno de ansiedad generalizada, depresiones, trastornos obsesivos compulsivos o trastorno bipolar, el ayuno intermitente, por sus características de alteraciones del estado de ánimo y del humor, y sus pautas estrictas en cuanto a cuando comer y cuando no comer, pueden agravar la sintomatología de cualquier enfermedad mental o trastorno psicológico o provocar recaídas de los mismos.
Otro punto a tener en cuenta son los trastornos del sueño, donde el ayuno estaría desaconsejado, ya que de por sí el ayuno provoca alteraciones del sueño, como insomnio por la ansiedad provocada por no haber comido durante horas, despertares tempranos por hipoglucemias, o los micro despertares por la falta de hierro en nuestros glóbulos rojos y de esta forma la mala oxigenación de los tejidos. El hierro es necesario para el transporte de oxígeno a nuestras células, y una escasa alimentación puede provocar un déficit de hierro, y este es tan imprescindible, que nuestro cerebro nos despierta con microdespertares por la noche para avisarnos de su falta.
Otras carencias nutricionales tendrán sus propios síntomas avisándote de que te falta este o el otro nutriente. A estas llamadas de atención tenemos que estar muy atentos.
Si optas por este tipo de alimentación hazlo siempre de la mano de un especialista que estudie tu caso, si puedes o no hacer el ayuno intermitente y de qué forma hacerlo. Nunca lo hagas por tu cuenta o por recomendaciones de otras personas. Nuestra salud es algo muy delicado que debes cuidar con atención y mimo y no te la puedes jugar por lo que esta de moda.
Soy partidaria de hacer varias comidas al día, tres o incluso cinco, compuestas por alimentos saludables y variados, y en cantidades moderadas. En las que puedas cumplir con todos los pilares de una buena alimentación, que serán nutrirse adecuadamente, llenar el componente de placer, felicidad, satisfacción o descanso, y el componente familiar y social.
No dejes de compartir ese momento al día de reunión familiar porque no cenas, o esa reunión de amigos. Defiende lo que te hace feliz y únelo con una alimentación saludable, se puede hacer. Aquello que te hace feliz produce secreción de serotonina y endorfinas, esas hormonas de la felicidad responsables de tu bienestar en todos los sentidos, y esto también es salud y de la buena y por supuesto longevidad.
Una de las mayores maravillas que tenemos en España es nuestra alimentación mediterránea y nuestra riqueza gastronómica y de productos de cercanía, así que te recomiendo un buen y saludable desayuno, tomándote tu tiempo para hacerlo, un descanso para comer de forma moderada y sana a mediodía, y una cena ligera pero equilibrada nutricionalmente, a media mañana y a media tarde un ligero apoyo si lo necesitas, y si es posible todas las que puedas hacer acompañada de familia o amigos, recuerda disfrutar y compartir por lo menos el final de la jornada, y procura que la cena sea como mínimo dos horas antes de irte a dormir.
Para aprender a comer de forma saludable puedes encontrar como hacerlo en mi último libro, podrás comer y disfrutar de forma saludable, sintiéndonos bien en todos los sentidos.
Dra. Marisa Navarro.