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Renuncia a entenderlo.

En muchos casos, tienes que renunciar a entender a los demás. Primero lo intentas, segundo lo vuelves a intentar, y si sigues sin entenderlo, lo tercero, tienes que renunciar a entenderlo. Escucho muchas veces frases como: “no lo entiendo”, “no entiendo por qué hace eso”, “no entiendo por qué reacciona así”, “no entiendo por qué dice esto”. Cuando decimos frases como éstas, es porque lo hemos intentado entender muchas veces, nuestra cabeza no para de darle vueltas, intentando entenderlo. Cuando llegas a éste punto, tienes que tomar una decisión muy importante: “Decide renunciar a entenderlo”, y quédate en paz. Se que resulta difícil, pero te aseguro que es lo mejor que puedes hacer.
PSYSI

    

5 comentarios

  • ABETUS RARUS
    Ene 26, 2011 at 07:42 am

    No solo renunciar a entender a los demás sino tambien es que no necesitamos entenderlos . La aceptacion y el no juzgar produce serenidad . Y por cierto , felicito a la doctora en su no cumpleaños ¡¡¡

  • CARLOS MAMELON
    Ene 26, 2011 at 09:19 am

    No estoy de acuerdo , Abetus , y que no te resulte rarus , pero , que es la empatía sino la capacidad de comprender los sentimientos de los demas y de ponernos en su lugar ?

  • lope
    Ene 26, 2011 at 09:51 am

    Eso lo dices , Carlos , porque no conoces a mi novia y es que a ella no la comprende ni mi abuela que en paz ….

  • cecilio
    Ene 26, 2011 at 11:06 am

    Cada persona tiene su propia vision de los hechos y es que por muy fino que cortes un hilo siempre tiene dos caras de manera que seamos tolerantes y comprensivos siempre …
    Incluso con nuestras novias …

  • Anonymous
    Ene 28, 2011 at 11:19 pm

    En una ocasión estaba yo sentada en un banco esperando un autobús, cuando, de repente, la señora que estaba sentada junto a mí, se puso a coser una zapatilla que llevaba en el bolso. No pude evitar mirarla con curiosidad y ella me devolvió la mirada sonriendo y me dijo “No se extrañe, que todas las cosas tienen su explicación.” Entonces las dos nos echamos a reir. Me pareció tan verdadero y tan gracioso lo que me dijo, que ya no necesité explicación alguna, pues, de repente, tuve la certeza de que, por muy raro que me pareciera ese comportamiento, seguro que tenía una muy buena razón de ser.
    Creo que siempre es así. Cuando no comprendemos algo o a alguien es porque no vemos o no queremos ver, no conocemos o no queremos conocer la causa de su rareza.
    Cuando nos faltan datos, siempre podemos imaginarnos lo que no sabemos y entender las cosas, pero a veces preferimos quedarnos con dudas para no enfrentarnos a algunas certezas.

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