Mentir de forma compulsiva puede convertirse en una forma de relación con los demás. Te explico cómo identificar a la persona mitómana y cómo solucionarlo.

Todos hemos dicho alguna mentira en nuestra vida, absolutamente todos, y el que diga que no lo ha hecho, está mintiendo. 

Desde que somos pequeños las mentiras se encuentran presentes en nuestra vida, en los niños es parte de sus fantasías y su imaginación, después ya de adultos están las que llamamos “mentiras piadosas”, como lo de llegar tarde y decir que había mucho atasco, decirle a alguien que algo le sienta bien, cuando estamos pensando todo lo contrario, y cosas similares. Son mentiras esporádicas que de una o otra manera prácticamente todos utilizamos alguna vez. Si es o no correcto lo dejo a la valoración de aquel que esté leyendo este artículo. 

Muchas personas piensan que no informar de algo también es una forma de mentir, yo no estoy de acuerdo con esta afirmación, la “no información” no tiene nada que ver con la mentira. Hay una parte de nosotros que pertenece a nuestra más estricta intimidad y así tiene que ser. No tenemos por qué compartir toda nuestra información. 

Pero después están los mentirosos compulsivos, esas personas que toda su vida es un total mentira. Mienten y mienten, sin parar. 

Síntomas de mentirosos compulsivos, ¿Por qué miente un mitómano?

El mitómano quizá empiece mintiendo para conseguir sus deseos,  por evitar castigos, responsabilidades, o consecuencias desagradables, como todos cuando decimos una mentira, pero estas personas acaban mintiendo porque mentir les produce placer. Este placer tiene que ver con la secreción de adrenalina que se produce en su organismo cuando mienten, y que les hace acabar siendo verdaderos adictos a la mentira.

Son los mentirosos compulsivos, porque mentir para ellos es una compulsión, es su forma de estar en el mundo, es su manera de relacionarse con los demás, acaban no sabiendo hacerlo de otra forma. Es curioso que estas personas se sienten muy bien cuando mienten, y sin embargo no se sienten bien cuando dicen la verdad. 

Hilan una mentira con otra creando un personaje y un mundo a su alrededor completamente irreal. Si se les pilla en la mentira, no se sienten afectados, si no que siguen hilando mentiras una detrás de otra para mantener su falsa historia. Sus mentiras están perfectamente estructuradas y con muchos detalles lo que las hacen creíbles para los que las escuchan. 

Si te cuentan que han estado de viaje en un país, te relatarán detalles de lo que vieron y de las aventuras que vivieron. ¿Quién no les creería?

Mitómana, persona mentirosa

Hay muchos mitómanos viviendo sus mentiras sin que nadie se percate de que lo son. Pero puede ocurrir con el tiempo que las personas que les rodean se den cuenta de lo que está ocurriendo y pierdan la confianza en esa persona, la mentira es una de las formas más frecuentes de perder la confianza de los demás. 

Así los mitómanos pueden llegar a perder su trabajo, su familia, sus amigos, y sentirse muy solos y aislados. En algunas ocasiones el mitómano cambia de vida, de trabajo, de ciudad, de amigos, para poder seguir mintiendo. 

En la causa de estas mentiras, que son una verdadera adicción se esconde una muy baja autoestima y la necesidad de ser reconocido y aceptado por los demás, el deseo de ser admirados, miedo a ser rechazados o criticados, etc..

Con mucha frecuencia las mentiras están relacionadas con darse importancia y mostrar el personaje que les gustaría ser, se adornan, se engrandecen, exageran los logros o inventan una vida idealizada  absolutamente inexistente. 

Terapia para mitómanos

Cuando el mitómano miente y los demás le creen él recibe un refuerzo positivo que le hace volver a mentir, y así continuamente, es el “círculo de la mentira” del que resulta muy difícil salir, porque la mentira se ha convertido en una adicción.

En principio el mitómano sabe que está mintiendo, no es que se crea sus propias mentiras, pero no puede evitar seguir haciéndolo. Con el tiempo si puede ocurrir que la línea entre la fantasía y la realidad llegue a ser tan fina, que ni él mismo sabe qué es cierto y qué no lo es, ademas le es mucho más cómodo vivir la mentira que la realidad. 

La mitomanía es difícil de tratar, en primer lugar porque las personas que la sufren no es sencillo que reconozcan lo que les está ocurriendo, se ha convertido en su forma de vida, en su manera de relacionarse con los demás y no saben hacerlo de otra manera. 

Tratamiento farmacológico para la mitomanía

Si conseguimos que el mitómano acepte y sea consciente de lo que le está ocurriendo y busque ayuda, necesitará psicoterapia, que en muchos casos se hace muy complicada porque mienten también en consulta, y es posible que algunos necesiten tratamiento farmacológico. Dejar de mentir y enfrentarse a la verdad puede llevarlos a sufrir mucha ansiedad y hasta depresión. 

En todos mis libros de autoayuda “La Medicina Emocional”, “El Efecto Tarta” y “Las Ruedas Dentadas” aprenderás a quererte, a cuidarte, a darte lo que necesitas para encontrarte bien, a ganar seguridad y autoestima, a mejorar tus relaciones con los demás, a aceptar la vida, a crear expectativas positivas sobre ti y sobre los demás, te enseñarán a entrenar habilidades sociales y de comunicación, a manejar tus impulsos, y a identificar y expresar tus emociones, todo ello te ayudará a evitar que sientas necesidad de mentir para obtener reconocimiento o ser aceptado, tú eres valioso, único y maravilloso en ti mismo. ¡¡¡Así que quiérete mucho!!!

Dra. Marisa Navarro.