La resiliencia es la capacidad que tiene el ser humano de adaptación a las diferentes circunstancias de la vida

Resiliencia es una palabra que se ha puesto de moda últimamente, todo el mundo habla de la resiliencia y de que hay que ser resilientes, cuando la resiliencia no es más que la capacidad de adaptación a las adversidades de la vida. Ser capaces de afrontar tragedias, traumas, peligros y amenazas o grandes dosis de estrés y saber adaptarnos a ellas es ser resilientes. 

No somos inmunes al sufrimiento

Eso no quiere decir que no lo pasaremos mal, por supuesto que si, no somos inmunes al sufrimiento, pero la diferencia es que hay muchas personas que ante una adversidad de la vida se quedan enganchados a ella, bloqueados absolutamente e incapacitados para poder seguir avanzando. Mientras que las personas con una buena resiliencia sienten el dolor y la tristeza, la rabia y la frustración, pero son capaces de sobreponerse a ello, adaptarse y continuar con su vida, aunque esto les lleve un tiempo como es normal. 

Resiliencia y pandemia, un claro ejemplo de la capacidad de resiliencia del ser humano

La pandemia que hemos sufrido ha puesto a prueba en todos nosotros nuestra capacidad de resiliencia, así mientras unos no se adaptaban a esos meses de encierro y restricciones, y se pasaron todo el tiempo lamentándose de la situación por la que estaban pasando, otros se adaptaron a ella y supieron dentro del drama que estábamos viviendo  sacar lo de positivo que las circunstancias podían tener.

Ese paro en nuestras vidas, ese estar con nosotros mismos, y con nuestros seres más cercanos en esa intensa convivencia, ese situarnos en el momento presente de forma ineludible, porque vivíamos el día al a día, sin programar el futuro, sin hacer planes, solo siendo y estando. Cuánto hemos podido aprender de la situación vivida!

Así las personas resilientes supieron aprender de lo vivido y continuar con sus vidas, si quieres más enriquecidos que antes. 

Resiliencia, ¿cómo desarrollarla?

Pero no creas que la resiliencia está genéticamente programada, en absoluto, la resiliencia se aprende. Y ¿de qué depende? Pues esta bien claro, depende de nuestros pensamientos. 

Porque según pensemos nos vamos a sentir y en consecuencia actuaremos y por supuesto aprenderemos. 

Vienen tiempo difíciles, sufrimos un momento económico complicado en el que también se va a poner a prueba nuestra capacidad de resiliencia, nuestra capacidad de adaptación. 

¿Qué nos ayuda a ser más resilientes?

El apoyo emocional, el sentir que no estamos solos, que se nos aprecia y se nos reconoce. Esas personas que nos dan confianza, cariño y esperanza. El que tengamos una percepción positiva de la vida y de nosotros mismos. El que confiemos en nuestras capacidades, en que podremos salir adelante y sobreponernos a las circunstancias adversas que nos podamos encontrar en el camino. El que la vida tenga sentido para nosotros y sepamos diferenciar lo importante de lo que no lo es. 

Resiliencia psicológica de las personas

Las personas resilientes aceptan los cambios como algo intrínseco a la vida, la aceptación de los cambios de la vida los viven como retos que hay que superar, aprender y crecer con ellos. 

Quizá pienses que no eres resiliente, pero todos podemos aprender a serlo. Confía en ti mismo, tú no sabes cómo vas a reaccionar a los cambios que te traiga la vida hasta que no los tienes delante, confía siempre en que serás capaz de superarlos y aprender de ellos. Confía en que podrás afrontar las adversidades y salir mucho más fuerte de ellas. 

Una persona resiliente conoce sus fortalezas y debilidades, es asertivo y lucha por lo que quiere, se cuida y se respeta a sí misma y a los demás, y se intenta dar aquello que necesita para estar bien. 

Sin aceptación no hay acción, y las personas resilientes lo saben bien, para pasar a la acción primero hay que aceptar y esto es lo que te permite avanzar y crecer.

Podemos trabajar y mejorar nuestra resiliencia cada día

No pienses que la resiliencia solo se pone en juego ante hechos traumáticos como pérdidas de seres queridos, accidentes, pérdida del trabajo etc.. cada día podemos trabajar nuestra resiliencia, siendo capaces de superar las pequeñas frustraciones que si o si se nos van a ir presentando. Afrontar nuestro día con una actitud positiva, superar las críticas y pequeñas afrentas que se nos puedan presentar, el estrés diario, los enfados,  las discusiones, pero además poniendo una sonrisa a la vida nos va a hacer ser más resilientes.

En mis libros “La Medicina Emocional”, “El Efecto Tarta” y “Las Ruedas Dentadas. Pequeños cambios para grandes cambios” te enseñó a ser más resiliente, porque a ser resiliente se puede aprender y podemos entrenarnos en ello. No tengas miedo a la vida y vívela con plenitud, ayuda y deja que te ayuden, y nunca pierdas la esperanza y la confianza en tus capacidades. 

Dra. Marisa Navarro.