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Si algo está clarísimo es que la mente y el cuerpo están íntimamente relacionados.
Así, según pensemos nos vemos a sentir, y según sintamos nuestras emociones se va a sentir nuestro cuerpo y van a manifestarse esas emociones en él. Y por supuesto si estamos sufriendo un proceso de ansiedad mantenido en el tiempo, este va a repercutir de formas muy variadas sobre nuestro organismo, sobre nuestro cuerpo.
Y una de las manifestaciones más frecuentes de la ansiedad en nuestro cuerpo son los dolores musculares.
No nos percatamos, vamos acumulando y acumulando ansiedad por tantas actividades del día a día, por tantas cosas a las que tenemos que llegar, y sentimos como nos duele todo el cuerpo, la espalda, el cuello, las piernas, los brazos. Lo notamos mucho a final del día. Parece que hayamos estado todo el día descargando un camión de sacos de arena cuando en realidad no ha sido así. Pues si, físicamente no hemos estado descargando ese camión de sacos de arena, pero psicológicamente, mentalmente, emocionalmente si lo hemos estado haciendo, metafóricamente hablando, y como ya hemos dicho, que nuestro cuerpo es un reflejo de nuestra mente, pues así esta el pobre, hecho trizas.
Y te preguntarás, ¿por qué acumulas ansiedad? Quiero recordarte que la ansiedad es una respuesta de nuestro organismo ante situaciones que este interpreta como amenazantes, situaciones en las que nuestro cuerpo se prepara para huir o para defenderse. Está claro entonces que nuestra mente está interpretando nuestro día a día de esta manera. Esto lo tenemos que meditar y quizá cambiar cosas que puedan ser modificables, no pienses que eso es imposible, siempre podemos hacer mucho.
No le pasa a todo el mundo, pero es muy frecuente que cuando una persona siente ansiedad tienda a contraer sus músculos, recuerda, para huir o para defenderse, al final ni huye ni se defiende de nada, pero si esa tensión muscular se mantiene en el tiempo aparecen los dolores musculares. Estos pueden llegar a ser tan molestos que obliguen a la persona a tomar analgésicos para poder seguir desarrollando su vida con normalidad.
Hay zonas de nuestro cuerpo donde esas tensiones musculares se presentan con más frecuencia y fuerza, la espalda, el cuello, los hombros, pero también tenemos tensión y dolores musculares en las piernas o los brazos por ansiedad. Los músculos pueden llegar a estar tan tensionados que aparezcan duros al tacto, o incluso que notemos como bolas duras y muy dolorosas al masajearlos. Son verdaderas contracturas musculares por ansiedad, con mucho dolor y pinchazos.
Sí, te pueden dolres, también pueden producirse espasmos musculares, calambres y hasta desgarros.
Estos síntomas físicos son tan frecuentes que lo raro es no tenerlos, esas situaciones interpretadas por nuestra mente como amenazantes se pueden producir en cualquier ámbito, laboral, familiar, personal. Por ello dentro del tratamiento psicoterapéutico se hace necesario identificar lo que está generando esas ansiedad en la persona, para cambiar esa situación si es posible y si no lo fuera intentar que el paciente las acepte y las interprete de forma que no le provoquen la ansiedad que le están provocando.
Estos dolores musculares por ansiedad además de limitar el desarrollo de la vida normal de la persona producen tristeza y decaimiento. Así como baja autoestima al encontrarse tan limitados físicamente.
Además de este trabajo psicoterapéutico tan necesario en el tratamiento de estos casos de ansiedad con dolores musculares, podemos hacer muchas otras cosas, orientadas en su mayor parte a conseguir la relajación del paciente tanto mental como físicamente, así sería recomendable:
En todos mis libros de autoayuda, “La Medicina Emocional”, “El Efecto Tarta” y “Las Ruedas Dentadas” aprenderás muchas técnicas y herramientas para manejar tu ansiedad y de esta forma calmar tus dolores musculares por ansiedad.
Dra. Marisa Navarro.