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Lo importante es hacerlo.

Cuando tenemos que resolver, afrontar, tomar decisiones, elegir, o hacer cambios en nuestra vida. Aceptemos que unido a ello está “el miedo”. Si doy dos paso, el miedo me acompaña, y si corro también. El miedo está en nuestra mente, y acompaña a todo aquello que nos resulta desconocido, nuevo, o que tenemos la sensación

“Su” elección.

Nadie hace nada, si no quiere. Tenlo muy presente. Que nadie te chantajee con: “yo no quería hacerlo y tu me obligaste”, “lo he hecho por ti”, o “tu me lo pediste y no me quedó otra”. Puede que crea que lo ha hecho por ti, pero si rascas, lo ha hecho porque ha querido

Problemas.

Si se nos plantea un problema con mucho tiempo, rumiamos la posible solución, una y otra vez en nuestra cabeza. Esto tiene una parte positiva, nuestra decisión sobre el problema cuando la tengamos estará muy meditada. Pero a veces nos hace agrandar los problemas, perdernos en las diferentes opciones de solución, y en ocasiones el

¿Por qué nos cuesta tanto?

¿ Te has dado cuenta en cuantas ocasiones,nos dedicamos a empeorar situaciones que ya de por si son negativas?. ¡Qué comportamiento tan poco inteligente!. Sabemos que sólo con un pequeño cambio de dirección, una palabra amable, una sonrisa, una disculpa, podríamos mejorar la situación, y sin embargo nos cuesta mucho hacerlo. ¿Por qué nos cuesta

Las puertas abiertas.

Deja las puertas abiertas, que la gente de tu vida pueda entrar y salir libremente. Que cuando entren, se encuentren ese lugar acogedor y amparador que tu haces. Que cuando salgan no sientan lazos invisibles que los atan y amordazan. Que cuando salgan se vayan cargados de regalos, de energía, de vitalidad, y con ganas

No es lo mismo.

No es lo mismo el trabajo duro, del que se obtienen resultados, y del que te sientes satisfecho, que ese trabajo duro, en el que después de dejarte en él, la energía que tienes y la que no tienes, has llegado a la conclusión de que no te lleva a ningún sitio. El peligro está,

A los amigos, los eliges.

A la familia no la podemos elegir, nos toca la que nos toca, y si no nos gusta, lo único que podemos pretender, es tener con ella la mejor relación “posible”. A los amigos, en cambio, los elegimos. Qué poco inteligente sería por nuestra parte, elegir como amigos a personas que nos sienten mal. Que

Rompe el ciclo.

En tu familia siempre se comportan así, y tu te sientes mal por ello. Rompe el ciclo. Su forma de pensar no es la que quieres para ti, aunque a veces con disgusto, te reconoces en ellos. Rompe el ciclo. No te han dado, ni enseñado, lo que tu crees que hubieras necesitado para afrontar

Lo que no es mio, no lo quiero.

Seguro que estás de acuerdo con el título de ésta reflexión, sin embargo, también estoy segura que vas por ahí cogiendo, en muchas ocasiones como yo, lo que no nos pertenece. Si, no pongas cara de sorpresa. Esas emociones no son tuyas, esos sentimientos no son tuyos, esas expectativas no son tuyas. Ese “si”, no