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La dismorfia corporal o trastorno dismórfico corporal, es un trastorno obsesivo compulsivo en el cual el objeto de la obsesión y la compulsión es el propio cuerpo, estas personas buscan la perfección en su cuerpo y su apariencia, lo cual les lleva a ocupar gran parte de su tiempo en estar perfectos según su percepción de la perfección, y en ocultar obsesivamente cualquier elemento de su cuerpo que no sea considerado como perfecto, y que es percibido como un defecto.
Hemos desarrollado una sociedad donde se practica un enorme culto a la belleza y a la juventud. Nos sentimos bombardeados por todos lados por mensajes exaltando estos efímeros atributos, las redes sociales, películas, revistas, los filtros que eliminan hasta la más mínima arruga, incluso a las modelos publicitarias se las retoca o se las sustituye por otras creadas por inteligencia artificial donde se alcanza la belleza perfecta según los cánones establecidos. Todo ello hace crecer estas alteraciones que cada vez se ven más y sobre todo en jóvenes y adolescentes, los cuales buscan ser reconocidos y aceptados por el grupo, y entran en una espiral que les llega a absorber gran parte de sus pensamientos y de su vida.
La dismorfia corporal afecta tanto a hombres como a mujeres, si bien parece darse con más frecuencia entre el sexo femenino.
Las personas que sufren este trastorno se obsesionan por supuestos defectos que encuentran en su cuerpo, puede ser en cualquier parte, la nariz, las orejas, la piel o el pecho. Y no dejan de pensar en ellos durante todo el día, cuando se miran al espejo, solo ven esa parte defectuosa según su percepción y no prestan atención a las demás partes de su fisonomía, puede ser la forma, el tamaño o el color, a veces escuchas comentarios como “es que mis ojos no le van a mi cara” y cosas similares, se obsesionan por la simetría de la cara o por la forma de su vientre. El elemento de la obsesión no es lo importante, lo realmente fundamental es que estamos ante un trastorno obsesivo compulsivo y hay que tratarlo como tal.
En muchas ocasiones necesitamos tratamiento antidepresivo para calmar los pensamientos obsesivos, y tratamiento psicoterapéutico para intentar cambiarlos, y llegar a aceptar su propia corporalidad, así como tratamiento ansiolítico.
En los casos más graves las personas que sufren dismorfia corporal tienden a aislarse, llegando a verse afectada su vida lectiva, laboral y social, se perciben como horribles y creen que todo el mundo los percibe como tal, por lo que sienten una enorme vergüenza, se dan asco, creándose mucha ansiedad y hasta depresión.
Se suele acompañar de otros síntomas como camuflarse, con excesivo maquillaje, constantemente se están comparando con los demás, siempre exageradamente en negativo, solicitan todo tipo de intervenciones de cirugía plástica para eliminar o disimular sus defectos, pero nunca van a quedar satisfechos con los resultados, con lo que se realizarán una detrás de otra. Actualmente los jóvenes piden a los cirujanos plásticos que consigan que se parezcan a su imagen con determinados filtros, y esto es imposible, ¡hasta tal punto estamos llegando! Se miran obsesivamente en los espejos o se niegan a mirarse en ellos, pueden llegar a provocarse heridas en la piel o arrancarse el vello o el cabello.
Debido al grado tan enorme de ansiedad que se produce en las personas que lo sufren, este trastorno puede estar acompañado de cualquier síntoma de ansiedad y depresión, confundiendo en muchas ocasiones al profesional médico y resultando difícil de diagnosticar, teniendo que hacer diagnóstico diferencial con trastornos de la alimentación, fobia social o agorafobia entre otros.
Es tan complicado tratar una obsesión que siempre que trato a pacientes con obsesión de cualquier tipo que está afectando al desarrollo de sus vidas, les propongo la “técnica de cambiar obsesión por obsesión”, esto resulta mucho más plausible para el paciente. Aunque lo ideal sería no tener ninguna obsesión, la realidad es que cuando se crean los circuitos neuronales de un trastorno obsesivo compulsivo, dejarlos sin material en qué pensar resulta tremendamente dificultoso. Así que les propongo una obsesión saludable y trabajamos sobre ella y suele dar muy buen resultado.
Podéis encontrar en mis libros esta técnica y muchas otras para trabajar el trastorno obsesivo compulsivo. “La medicina emocional”, “El efecto tarta”, “Las ruedas dentadas, pequeños cambios para grandes cambios” o “La alimentación emocional”.
Dra. Marisa Navarro.