Las mujeres cargan con un gran peso en su día a día, a lo que hay que sumar el estrés laboral, todo ello, propicia que las mujeres sufran más problemas de estrés, ansiedad, o depresión

Que las mujeres tenemos más estrés laboral está demostrado por numerosos estudios, pero no tiene tanto que ver con el desarrollo de nuestra labor en nuestro puesto trabajo, si no con toda la carga extra de trabajo que debido a los roles de género llevamos adheridas las mujeres.  

Nosotras estamos más estresadas que los hombres en general, tenemos más ansiedad y toda la lista de síntomas generados por ella, más trastornos del sueño o consumimos más ansiolíticos y antidepresivos, esto es así. 

Las mujeres hoy en día estamos sometidas a una mayor presión en todos los sentidos y en consecuencia padécenos más estrés laboral, personal, familiar y de todo tipo. 

Y es que nos hemos puesto el listón demasiado alto, queremos ser grandes profesionales, buenas madres, tener una una relación de pareja satisfactoria, una vida social y cultural estimulante, ser buenas hijas, estar guapas, cuidarnos en todos los aspectos… me agoto solo de escribirlo.

Las redes sociales aumentan nuestra ansiedad y estrés

Las redes sociales a las que todas más o menos nos asomamos, están llenas de mujeres maravillosas y perfectas que les da tiempo a todo, hasta cocinan unos platos súper ricos, y tú te preguntas: ¿Y a mí qué me pasa?, ¿ellas tienen días de cuarenta y ocho horas?, y sin querer nos comparamos, porque las redes sociales son una fábrica de comparaciones, y por supuesto en negativo. E intentamos con todas nuestras fuerzas llegar a todo, y conciliar todos los papeles que hemos elegido en nuestra vida, y el estrés sube y sube hasta que nos rompemos, y un día aparecemos en la consulta de un psicoterapeuta contándole que no podemos con nuestra vida. 

Sí, las mujeres estamos más estresadas. Y la verdad es que las nuevas generaciones masculinas se implican mucho en la vida familiar, yo lo veo en las parejas de mis hijas, claro que habrá de todo. Pero independientemente de que exista esta implicación por parte de nuestras parejas es sumamente difícil soltar los roles que como mujeres nos acompañan prácticamente desde que nacemos.

Yo lo veo mucho en consulta cuando hago terapia de pareja, y ella se queja de que él ve un papel en el suelo, pasa por encima de él y no lo recoge, y el con absoluta sinceridad dice que no lo recoge porque no lo ha visto. Y estoy convencida de que no lo ha visto. Por eso les digo a mis pacientes que siempre vean la inocencia en el otro, porque la mayor parte de las veces aciertan. 

La educación factor clave para mejorar la salud mental de la mujer

Y nos vamos al meollo de la cuestión, a la educación que demos a nuestras hijas y a nuestros hijos, y de la que somos muy responsables los padres. Porque los roles se maman y después son enormemente difíciles de cambiar. Ocurre además que aunque las mujeres hemos empezado a delegar funciones en el trabajo doméstico y familiar, lo que no somos capaces de delegar en la mayoría de los casos es la parte mental y organizativa, y esta parte es muy agotadora pues supone una atención extra a todo, hemos delegado funciones como ir al colegio a recoger a los niños o quitar la mesa y meter los platos en él friegaplatos después de comer.

Pero la mayor parte de los hombres por ejemplo no se preocupan de si queda o no leche, como si la leche llegará sola a la nevera, y de pronto escuchas preguntar con asombro: ¿Es que no hay leche?. Aunque hay excepciones como en todo. A las mujeres nos cuesta mucho soltar el rol organizativo y planificador. Se necesitan quizá muchas décadas educativas para cambiar y equiparar estos roles, aunque todos los padres tenemos esa responsabilidad con nuestros hijos y podemos poner nuestro granito de arena. 

Las mujeres somos más conscientes de que necesitamos ayuda, y la pedimos

En nuestro beneficio diré que ante el estrés y la ansiedad las mujeres solemos en mucha mayor medida tomar conciencia de lo que nos está ocurriendo y buscar ayuda y apoyo para poder en la medida de lo posible solucionarlo. 

He escrito tres buenos libros de autoayuda, “La medicina emocional. Cómo mejorar tu salud cuidando de tus emociones”, “El efecto tarta. Práctica el egoísmo positivo para ser más feliz” y “Las ruedas dentadas. Pequeños cambios para grandes cambios”, en ellos te muestro de manera sencilla y práctica a comerte el primer trozo de tarta y después a repartir, pero una vez que te lo hayas comido. Léelos y sabrás a lo que me refiero. La mayor parte de mis lectores son mujeres. 

Dra. Marisa Navarro.