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La misma palabra lo dice “ruptura”, muy pocas rupturas no son traumáticas. O para uno de los miembros de la pareja o para los dos. Ya sean parejas amorosas, amigos, socios, familia. Las rupturas prácticamente siempre son traumáticas.
Incluso aunque se desee esa ruptura, por parte de todos los implicados o por parte de alguno de ellos, siempre hay una pérdida y los seres humanos llevamos muy mal eso de las pérdidas.
El sufrimiento y el dolor están asegurados. Sobre todo para la persona que sufre una ruptura sentimental inesperada.
Tienes que aceptar que cuando se llega a una ruptura es porque o bien los dos o bien uno de los miembros de la pareja (vamos a hablar de parejas, aunque podéis extenderlo a todo tipo de grupos humanos), no desea estar ahí. Y si tú eres la parte que si desea seguir ahí, una pregunta muy importante que tienes que hacerte es:
La respuesta a esta pregunta te va a dar toda la información que necesitas para saber lo que tienes que hacer.
Yo desde luego no quiero estar con alguien que no desea estar conmigo. Pero esto no es tan sencillo.
Duele porque se produce un duelo, una pérdida, algo que no deseamos en nuestra vida y que nos cambia absolutamente todo nuestro universo, expectativas, ilusiones.
Cuando se produce una ruptura traumática, lo que la persona piensa y en consecuencia siente es absolutamente devastador. Una ruptura es un duelo, una pérdida y como tal se va a pasar por todas las fases del duelo. Vamos a tener todo tipo de emociones tras una ruptura.
Y aquí nos referimos a la persona que es abandonada, la cual no ha tenido tiempo de elaborar ningún mecanismo de defensa, ni de prepararse para esa ruptura.
Todas estas fases no tienen porque producirse de una manera lineal, se puede ir saltando de una a otra con retrocesos y caídas para después volverse a levantar, todos ellos son desarrollos normales del duelo tras una ruptura amorosa.
Por otro lado, cada persona lo sufre de una manera diferente. En ello no solo tiene que ver la personalidad que se tenga previa al hecho si no la forma en que se ha dado la situación, el hecho de que haya sido una ruptura por infidelidad, o que se haya producido el abandono por sorpresa sin ningún tipo de explicación, o que la persona tenga mucha dependencia emocional con su pareja puede agravar el proceso.
Una separación de pareja nunca es fácil, no solo está el tema emocional si no muchísimos otros factores, hijos, económicos, familiares, laborales, sociales, hay que atender tantos frentes que se produce un verdadero desbordamiento y caos interno y externo.
Cuidar las formas en la separación, tener en cuenta a la otra persona, expresarnos de manera muy clara, no ser ambiguos para que la persona abandonada pueda pasar página lo antes posible. Y por supuesto el contacto cero en la medida de lo posible nos van a ayudar a la aceptación de una ruptura amorosa.
Hay que tener en cuenta que pueden presentarse todo tipo de síntomas físicos a lo largo de una ruptura traumática. Desde dolores de todo tipo, alteraciones digestivas y de la piel, falta de apetito o apetito descontrolado, pérdida o ganancia de peso. Siento muy frecuente el insomnio por ruptura sentimental. Todos estos síntomas irán desapareciendo a medida que se van pasando todas las fases del duelo.
El proceso de duelo por ruptura traumática es un proceso totalmente natural y a la vez curativo y de crecimiento personal, del que saldrás fortalecido.
Si bien hay casos que necesitan ayuda psicoterapéutica e incluso farmacológica. No te asustes por ello, vas a salir adelante.
En mis tres libros, La Medicina Emocional, El Efecto Tarta y Las Ruedas Dentadas encontraras mucha ayuda para salir adelante, consejos que te ayudarán a llevar de una mejor forma una ruptura amorosa, o separación de tu pareja.